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martes, 23 de noviembre de 2010

Escargots

Todo empezó hace unas semanas, cuando magicamente desapareció una fila de un metro de largo de brotes de rabanitos. Asi como si nada, de la noche a la manana. Pensé que había sido el perro, y también pensé que podían ser hormigas. Entonces una tarde, mientras regaba, vi una huella de glitter en una de las hojas de los zapallos.


Tengo vívidos recuerdos de mi madre batallando amargamente ejercitos de caracoles en el jardín de la casa donde crecí, quizá por eso reconocí al instante que se trataba de estos hijos de perra. No me los banco, los detesto. Todo bien con la tolerancia y el amor a la naturaleza y la mar en coche, pero a estos si que no los soporto. Estaba asi, toda enfurecidita cuando vi uno, enorme, muy campante sobre una hoja. Me agaché, lo agarré con seguridad y lo arrojé por sobre la cerca, a la calle. Asi, medio brotada, subí corriendo a mi escritorio y me puse a averiguar como combatir al intruso. Porque si hay uno, pensé, minimo que tengo 10. Pobrecita yo. En una nota de un foro, leí que había que poner latas con rodajas de pepino adentro. Esa noche comimos atún, que la lata de algún lado había que sacarla. A la manana siguiente, la ubiqué entre dos canteros, al lado de los brotes de rúcula.


Me fui a dormir tranquilísima, segura de que mi huertita estaba a salvo, pero por la manana zacate! El panorama era bastante desolador. Encima de que la huerta es nuevisima y casi todas las plantas son todavía muy chicas, la habían arrasado. Rúcula, brocoli y unas tomateras, todas masticadas.














Esa noche, temprano, a eso de las nueve y media, salí a ver si agarraba a algún caracol infraganti. No llegúe a meterme entre los canteros, porque la cantidad era impresionante. Alrededor de la lata había unos 10, algunos trepados comiendo, otros rondando, otros sacando rodajas de pepino para afuera. En camino a la lata otros 10 como mínimo. Corrí a pedir ayuda, porque de a uno no me dan asco, pero en masa ni te cuento. En la primer excursión recolectamos unos 20 o 25. Los ibamos metiendo en un tarro bastante hondo. Esa noche aprendí que el pepino no los repele, sino que los atrae. Sí, leí para el carajo o la bronca me hizo invertir la información que había sacado de la web, en fin, mira que asco:


pppppddddddddddddd como los detesto arghhhhhh!! Después de la recolección,  entramos. Ya había pasado una hora pero no podía parar de pensar en ellos. No me preguntes por qué se me ocurrió asomarme por la huerta a ver que onda, y PARA-UN-POCO-NO-TE-LA-PUEDO-CREER-NO-ME-JODAS estaba todo lleno de nuevo, solo que esta vez había más que antes. Era tiempo de aplicar otra de las recetas que había encontrado en internet, para ahuyentar a estos bichos, una que rebautizamos

"El agua del terror"
1. Juntas todos los caracoles que veas en una regadera llena hasta la mitad de agua.
2. Cada tanto hay que batir la regadera. Los caracoles segregan un "Idontknow" que se mezcla con el agua.
3. Una vez que recolectaste todos, hay que regar con ese mismo agua POR FUERA de los canteros, alrededor, cercandolos.
4. Tratá durante meses de quitarte la imagen de la cabeza... Cómo que qué imagen? Esta:


Un asco, realmente. Pero a que no sabés que? Al otro día, solo encontramos cuatro, chistosamente chiquitos y comiendo de la lata de pepino. Fáciles de agarrar e inofensivamente menos que la noche anterior. Supongo que estaré paranoica por el resto de mi vida huertística, pero debo decir que tanto la lata como la receta de "el agua del terror" son ultraefectivas. Lo siguiente será, sin falta, rodear de arena los canteros para que no puedan pasar.

Dato indignante: pensar que la gente los come, y los paga un huevo.
Dato vergonzoso: mucha actitud, mucho rocanroll, pero veo un par de caracolitos y se me aflojan las piernas.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Semillas, semillas, semillas

Podés transplantar una planta ya grande, podés comprar los plantines, podés plantar un esqueje o podés sembrar una semilla. Para mi, no hay dudas: lo más super genial y emocionante es plantar de semilla. Tengo que admitir que muchas de las que planté no brotaron, pero las que salieron... ah que linnnnnnnnnnndo! 
Hay de muchas formas, aca hay un par de las que me crucé y planté. Además de ver los distintos tipos, en la primer foto se puede ver claramente como mi pequena hija me quería robetear una.


Las semillas se pueden sacar de tus plantas cuando florecen o de las frutas o verduras que consumís en casa. Hay mucha gente que las intercambia por correo. Se compran en semillerías, en viveros y también te las da gratis INTA pero hay que averiguar las fechas.  Yo, como empecé recién con esto de la huerta, compré y me regalaron muchas de sobrecito. 
Leí que es importante que una vez que abrís el paquete y usas las semillas, lo vuelvas a cerrar y guardes sin luz y herméticamente, para que duren. Yo conseguí unas mini bolsas con cierre que se pueden reutilizar hasta el cansancio. Ah, y también está bueno chequear la fecha de vencimiento que viene impresa en el paquete, antes de comprarlas y obviamente antes de plantarlas. Sino, preguntale a mi super plantación de lechuga crespa invisible... 


Una vez que empezás con la huerta, supongo que se hace más fácil conseguir plantar de tu propia producción de semillas. Ya estuve averiguando bastante, porque pronto cocecharé mis propias semillas de cebolla. Hace unos meses, un par de cebollas que tenía en la cocina se brotaron y fueron a parar a la tierra, asi nomás, a ver que pasaba.  Dos meses despues ya estan floreciendo. Leí en un informe que hay que esperar a que la flor muestre semillas oscuras. Para entonces, se supone que los insectos se habrán ocupado de polinizarla. Una vez que pasa esto, se corta la flor y se seca  con un poco de tallo, en una bolsa cerrada para protegerla de la humedad y la luz. Despues de 15 días de secado, se toman las flores secas y se frotan para separar las semillas. Acá esta mi flor de cebolla: 


Y como preferir, si prefiero las semillas, pero el tema es la ansiedad. Siempre la ansiedad. Me hago muy cargo de que me pongo como loca y miro la tierra donde planté durante largos minutos para ver si veo algún minibrote. Después me voy a hacer algo y al rato me encuentro de nuevo agachada frente a los almácigos o canteros, mirando a ver si en esos tres minutos en los que no estaba, salió algo. Algunas semillas brotan en tres días, otras en diez, otras nunca brotan. Pase lo que pase, ahí estoy yo, con la mirada fija en la tierra, esperando algun indicio.

Un dato interesantisimo: Las semillas de melón, sandía y zapallo, se sacan al consumir los frutos. Pero para conseguir las de arvejas, habas, zapallitos y tomates, se deben dejar madurar los frutos en la planta.

Un dato totalmente irrelevante: me muero de ganas de tomar un licuado y no tengo licuadora.



viernes, 19 de noviembre de 2010

Yo que era tan artista y tan rockera, mirame ahora en jardinero y con el pelo lleno de tierra


Soy de esas personas que nunca tuvieron "mano verde" por eso es que me encantan las "Suculentas". Son ideales para los que no saben cuidar ni una planta imaginaria. Yo me las tomé medio de entrenamiento. Hay que regarlas poco, y podés hacer plantines con solo apoyar una de las hojas en la tierra. Esto me lo contó Clara durante un almuerzo, y a modo de prueba apoyamos un par de hojas caidas de una suculenta, en la "maceta monoblock" donde planté otras tres de estas plantas. Y crecieron, Y también creció uno que vino de contrabando del vivero.



Como tanto me gustan y en vista de que ninguna de las que tenía se había muerto, e incluso algunas habían sobrevivido un transplante, me puse en aventurera y salí a la calle a la caza de brotes. No muy lejos de casa crece una suculenta enorme a la que no le iba a molestar que le saque dos mini ramitas. Las planté y prendieron como locas. Al principio las hojas de afuera se pusieron amarillentas, y pensé que la maldición había vuelto, pero no. Aca están, no crecieron mucho porque la maceta es muy chica, pero ya estan listas para transplantar.



Comentario al supermargen:
Siempre que quiero decir Suculentas, me sale Truculentas (éste es un detalle menor que no tiene un cuerno que ver, pero que no voy a dejar pasar porque me parece chistoso, y si, ya se, solo me causa gracia a mi).